Recientemente, con motivo de unas obras para la instalación de la recogida neumática de residuos han aparecido los restos de las antiguas cárceles de Pamplona, que comenzaron a funcionar en el siglo XVI y fueron derribadas en 1909. Se trata de los muros que pertenecieron al complejo carcelario que se levantaba en este lugar desde el silo XVI, y que se componía de varios edificios.
Los restos arqueológicos ya estaban documentados desde 1992, cuando se construyó el parking subterráneo de San Francisco. Entonces, el Gabinete Trama llevó a cabo el seguimiento arqueológico de las obras, detallando los diferentes edificios del complejo. Numerosos restos salieron a la luz aunque solo un pequeño fragmento se conservó. 25 años más tarde, parte de estos restos, aparecieron abandonadas en unas cajas de cartón y en lamentable estado de conservación: Enlace a la noticia. Un ejemplo del modo de hacer en materia de patrimonio arqueológico en nuestra ciudad.
En cuanto a la cárcel del siglo XVI que acaba de salir a la luz, fue derribada en 1909 para dar paso a la nueva cárcel de pamplona, diseñada por Julián Arteaga, y levantada fuera del casco antiguo para desahogar la vida en el interior de las murallas. El destino de aquel histórico edificio no corrió mejor suerte, ya que en 2012 fue derribado a pesar de las voces que pedían un nuevo uso: enlace al artículo.
Esta rehabilitación de complejo carcelario ya se había visto en otras ciudades como: Segovia, Oviedo, Málaga, Valencia o Getafe. En Barcelona, desde 2017 se realizan visitas a la antigua Cárcel Modelo. En otros países como Holanda o Inglaterra, incluso se han reconvertido en hoteles o librerías. En Irlanda se han acondicionado como museo, en Dinamarca como museo-auditorio…
La recogida neumática de residuos y los aparcamientos subterráneos han sido las dos infraestructuras modernas que se han llevado por delante los restos aparecidos en esta amplía plaza. Nada nuevo, ya que la famosa «entibadora» y otros tristemente famosos parkings también arrasaron con el subsuelo de nuestra querida Iruña anteriormente.
A estos descubrimientos se suman los del pasado verano, del convento de san francisco y el castillo de San Cristóbal. Dos elementos de importancia histórica indudable para nuestra ciudad y de los que se desconocía su ubicación exacta. En este caso, no entorpecen ninguna infraestructura pública por lo que esperamos que no se destruyan como los anteriores. Aunque suponemos que darlos a conocer y ponerlos en valor sería mucho pedir…
En lo que respecta al castillo de San Cristóbal, estando quién está realizando la excavación, no hay duda que se pondrá como merece en valor.
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